Tipos de montacargas


¿Qué son los montacargas?

Aquellos vehículos que se utilizan para transportar cargamentos de un lugar a otro, en los ámbitos más diversos, pero sobre todo dentro del ámbito laboral, se los conoce bajo el nombre de montacargas.

Estos vehículos suelen ser motorizados y preparados para un solo conductor, aunque existen distintos modelos, que se eligen de acuerdo a los usos que se les dará y a las funciones que estos cumplan. Estos artefactos resultan una herramienta muy útil para las construcciones, depósitos y fábricas, lugares en donde se trabaja con materiales pesados y de gran tamaño, que necesitan ser trasladadas de un lado a otro.

Por tratarse de vehículos que se utilizan en espacios que pueden ser peligrosos, los conductores deben utilizar guantes, cascos y zapatos de trabajo, para evitar cualquier accidente.

Los montacargas y sus modelos

Dentro del mercado de los montacargas se pueden identificar diferentes modelos. Algunos de ellos son los siguientes:

Clase I: este tipo de montacargas es el que se caracteriza por contar con un motor eléctrico. Gracias a su diseño este vehículo cuenta con un asiento para que un individuo pueda conducirlo desde su interior y hacer las maniobras que precise para trasladar las cargas de un punto a otro. Los montacargas Clase I tienen, en la mayoría de los casos, tres neumáticos o ruedas, de las cuales, una se ubica en la parte delantera, mientras que las dos restantes van atrás.

Algo caracteriza a este modelo es que sus llantas son muy sólidas para resistir el peso que se deba cargar en el aparato. Además, por estar preparados para cargamentos de mucho peso, son diseñados con un contrapeso en la parte de atrás, para evitar que el vehículo se vuelque al cargarlo, y facilitarle al conductor las maniobras que precise realizar.

(Los Montacargas  Clase 1 cuentan con motor eléctrico)

(Los Montacargas Clase 1 cuentan con motor eléctrico)

Clase II: algo que caracteriza a este montacargas es que tienen un tamaño más reducido que los anteriores, sobre todo en cuanto al ancho, para que de esta manera puedan utilizarse en lugares que sean reducidos, como pueden ser los pasillos o espacios que queden entre las góndolas de algún depósito o almacén. Mientras que en los montacargas Clase I el conductor suele sentarse en la parte de atrás de los montacargas, en los de Clase II el asiento se  ubica adelante del vehículo. Dentro de esta clase, algunos modelos que se identifican son los siguientes:

  1. Trilaterales: este modelo de montacargas Clase II ofrecen la posibilidad de poder manipular los racks puesto que sus horquillas pueden girar hasta 90°, por lo que el conductor puede ir eligiendo cuánto desea girarlo, dependiendo de la maniobra que precise realizar. Además de ello, la carga puede levantarse a alturas de hasta 14 metros, lo que permite colocarlas en espacios elevados sin ningún problema.
  2. Tipo Reach: montacargas como estos ofrecen la posibilidad de poder elevar la carga hasta en unos 10 metros de altura. Además, gracias al contrapeso que poseen, no pierden el equilibrio cuando se llevan adelante las distintas maniobras requeridas.
  3. Orderpickers: por último, estos modelos ofrecen la posibilidad de poder transportar sin ningún inconveniente cargas de reducido tamaño, al mismo tiempo. Y, a su vez, el conductor puede aproximarse a ellas con facilidad, sin tener que bajarse del vehículo, sino que le ofrecen la posibilidad de poder subirse al rack para ello.

Clase III: a diferencia de los dos modelos mencionados anteriormente, estos montacargas se caracterizan por ser manuales, como si se tratara de una especie de carretilla. Por lo general, las manijas que se usan para manejar estos vehículos se encuentran en la parte trasera del mismo, aunque en algunos casos se la puede hallar en su centro.

(Los Clase III funcionan como una especie de carretilla)

(Los Clase III funcionan como una especie de carretilla)

Clase IV: estos vehículos, que cuentan con un contrapeso, están diseñados de forma tal que puedan ser conducidos por una persona, y cuentan con un asiento para que el conductor lleve adelante las maniobras. Este modelo tiene un motor de combustión interna. Por su parte, las ruedas o neumáticos de este modelo son sólidas, no de las que deben ser infladas para que puedan usarse.

Clase V: este tipo de montacargas es muy similar a la anterior. La única diferencia que puede identificarse es que los neumáticos de este modelo son inflables. En el resto de las características, como el asiento y el contrapeso, son muy similares a las del modelo anterior.

Clase VI: se conoce bajo este nombre a los tractores, que son aquellos vehículos que se utilizan en las zonas de campos y chacras para realizar distintas actividades agrarias. Por supuesto que dentro del Modelo VI existen distintas variedades, que su comprador deberá tener en cuenta a la hora de elegir, ya que habrá algunos que se adapten mejor que otros a sus necesidades.

(Los montacargas Clase VI son los indicados para el campo)

(Los montacargas Clase VI son los indicados para el campo)

Clase VII: lo que le da su particularidad a esta clase es que son diseñados para poder ser utilizados eficientemente en terrenos difíciles. Dentro de la categoría Modelo VII entonces se pueden identificar distintos modelos, siempre y cuando cumplan con su principal función, que es la de resistir a los terrenos dificultosos.

Otra clasificación

Se debe tener en cuenta que dentro de los montacargas se pueden identificar dos grandes grupos, dependiendo del motor que utilicen para ello:

  1. Eléctricos: en este caso, el vehículo entra en funcionamiento gracias a que cuenta con baterías compuestas de ácido y plomo, de gran tamaño, que tienen una duración de hasta ocho horas. Algo que caracteriza a los montacargas es que, si bien son más costosos a la hora de comprarlos, a la larga resultan más económicos. Esto se debe a que consumen menos combustible y que no precisan ser mantenidos por mecánicos para que funcionen correctamente. Otras ventajas que tienen estos modelos es que no son un factor de contaminación y que se pueden utilizar en espacios cubiertos, sin ningún problema.
  2. A combustión: motores como estos no se valen de baterías, sino de utilizan combustibles como biodiesel o nafta. La ventaja que tienen estos modelos es que si se quedan sin nafta, esto puede resolverse rápidamente, cargándole más, mientras que en el caso anterior hay que esperar a que las baterías se carguen.

 

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