Tipos de embarazo


¿Qué es el embarazo?

Se denomina embarazo a aquel lapso de tiempo que sucede entre el momento en el que el óvulo fecundado es implantado en el útero hasta que la mujer da a luz. Desde que comienza el embarazo el cuerpo femenino comienza a padecer una serie de cambios no sólo desde el punto de vista fisiológico, sino también metabólico. Todos ellos ocurren con el objeto de que el feto reciba todo aquello que precisa para poder desarrollarse adecuadamente; nutrirse y estar protegido durante los 9 meses, en el caso del ser humano, o el tiempo que dure el embarazo en otras especies.

Algunos de los síntomas que padecen las mujeres embarazadas son las náuseas, la hipersensibilidad en los pechos, cansancio, malestar, vómitos, mareos y la amenorrea, es decir, la ausencia de la menstruación.

Embarazo: clasificación

Se pueden identificar diferentes tipos de embarazos. Algunos de ellos son los siguientes:

Intrauterino: los embarazos como estos son los que se desarrollan en el interior del útero, de allí su nombre. Estos son los embarazos más comunes y, por lo tanto, los más saludables. En estos casos, el embrión es implantado en el útero de la madre en el que crece y se desarrolla sin ningún tipo de dificultad.

Dentro de estos embarazos se identifican las siguientes clases:

  • Único: en esta clase de embarazo se implanta un único embrión en el útero de la madre y crece y se desarrolla, sin ningún problema.
  • Gemeral: esta es una forma de embarazo múltiple y puede darse de dos maneras. Luego de que el óvulo de la madre se divide en dos, tras haber sido fecundado, puede variar el número de placentas que se formen, ya que pueden ser una o dos, dependiendo los casos, por lo que se habla de embarazos monocoriales o bicoriales,
  • Anembrionado: en estos casos, el embarazo se detiene, lo que trae como consecuencia que el embrión no se desarrolle como debería hacerlo. En estos embarazos sólo se desarrolla lo que se denomina saco gestacional pero sin el embrión adentro. Todo esto puede ser como consecuencia de que hayan intervenido espermatozoides de baja calidad o bien, que el óvulo posea dificultades cromosónicas.

Otras clasificaciones

Además del embarazo intrauterino y sus variantes, existen dos embarazos más. Lo que los caracteriza es que en ellos, por distintas cuestiones, no se produce el nacimiento de un bebé como consecuencia.

Estos embarazos son los siguientes:

Ectópico: en embarazos como estos, también denominados como extrauterinos, ocurre que el óvulo es fecundado de manera normal pero el embrión se desarrolla en otras zonas, como podrían ser las trompas de Falopio, en uno de los ovarios o incluso en la cavidad abdominal, en vez de hacerlo en el útero, como debe suceder. De allí su nombre, que significa “Fuera de lugar”.

Otro rasgo que identifica a esta clase de embarazo es que la placenta termina desgarrada tras haber sido penetrada por los tejidos denominados colindantes. Todo esto trae como consecuencia que se produzcan hemorragias en el interior del cuerpo de la madre. Un dato que debe ser tenido en cuenta es que estos embarazos no sólo resultan riesgosos para el feto, sino que también lo son, y en algunos casos en gran medida, para la madre.

Molar: este es otro de los embarazos en los que el bebé no sobrevive y, en este caso, ocurre como consecuencia de una fertilización anormal del óvulo. Lo que sucede en estos embarazos es que la placenta comienza a desarrollarse de forma desproporcionada para, a los pocos meses, terminar convertida en una masa de quistes, que se la conoce bajo el nombre de «mola hidatidiforme». Esto hace que el embrión no pueda desarrollarse y, en los casos en que lo hace, no sobrevive demasiado tiempo.

Dentro de los embarazos molares se pueden encontrar dos variedades:

  • Parciales: en estos embarazos ocurre que una porción de la placenta se desarrolla con normalidad, cosa que no ocurre con el embrión, que lo hace de forma anormal.
  • Completo: a diferencia de los embarazos molares parciales, en los completos no se desarrolla con normalidad ninguna porción de la placenta, por lo que es imposible que el embrión pueda sobrevivir allí.

Los rasgos de este embarazo hace que no terminen con el nacimiento de un bebé y también pueden ser sumamente riesgosos para la madre. Se calcula que 1 de cada 1.500 embarazos es de estas características.

El embarazo psicológico

Por otro lado, también se suele hablar de embarazos psicológicos o imaginarios, que son aquellos trastornos médicos que se desatan a partir de deseos muy fuertes, por parte de la mujer, que traen consecuencias de tipo físicas. Las mujeres que padecen esta problemática, también denominada pseudociesis, creen estar embarazadas, cuando no lo están.

Además de ello, la mujer comienza a tener síntomas propios del embarazo, como hinchazón en los pechos, cese de menstruación o, en ciertos casos, hasta llegan a segregar leche. En los casos más extremos, puede ocurrir que incluso los test de embarazos que se realicen con orina den positivos y hasta que la mujer sienta tener movimientos fetales en su útero.  

 

 

 

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