Tipos de relojes


¿Qué es un reloj?

El término reloj hace alusión a aquellos instrumentos que permiten medir el tiempo por medio de su división en unidades, que generalmente son: horas, minutos y segundos. Estas unidades son resultados de convenciones sociales e incluso, en algunos relojes son más completas, y suelen incluir otras, como por ejemplo meses o estaciones, pero no son las que más se usan actualmente.

Por medio de estos dispositivos se puede conocer qué hora es en cada momento pero también son muy útiles para medir determinados lapsos de tiempo. Por ejemplo, cuántos minutos se tarda en correr una cierta distancia o en caer desde una determinada altura.

Clasificación de los tipos de relojes

A lo largo de la historia se fueron fabricando distintas clases de relojes y con diferentes funciones. Tomando en cuenta sus usos o sus mecanismos, algunos de ellos son los siguientes:

De sol: también conocido bajo el nombre de “cuadrante solar”, este tipo de reloj es uno de los más antiguos. Mientras algunos les adjudican su invención a las comunidades chinas o egipcias, otros aluden a la griega del siglo VI antes de Cristo. Por medio de este dispositivo se logran medir horas, minutos y segundos. Esto se hace a partir de la sombra que el sol efectúe en una determinada superficie marcada con escalas de medida. La desventaja de estos relojes es que sólo puede ser utilizado durante el día, siempre que se encuentre soleado. Esto, sumado a su baja precisión, ha hecho que hayan quedado en desuso.

De arena: a diferencia de los relojes de sol, los de arena son utilizados para medir un determinado lapso de tiempo. Para esto, el dispositivo cuenta con dos receptáculos por los que atraviesa la arena, gracias a la fuerza gravitatoria. En la actualidad, estos artefactos suelen utilizarse con fines decorativos o bien, en casos específicos en los que se requiere marcar el tiempo, como puede ser en una conferencia de prensa. Por medio de estos relojes, el orador puede ir viendo cuánto tiempo le queda para exponer su discurso. También suelen ser muy comunes en los juegos de mesa que son de competencia y en los que el tiempo es fundamental para determinar quién gana o pierde la partida.

De pulsera: surgidos en la primera década del siglo XX, estos relojes cuentan con una malla que permite ajustarlo a la muñeca, lo que le admite al usuario ver la hora con facilidad. Estos relojes pueden ser tanto analógicos como digitales. Los analógicos son aquellos que cuentan con dos agujas que marcan la hora y los minutos. También existen aquellos que cuentan con tres agujas, siendo la tercera la que se encarga de los segundos. En los digitales, en cambio, la hora puede visualizarse a través de una pequeña pantalla electrónica que, en vez de mostrar agujas, señala la hora con números. Algunas variantes incluyen ambas opciones en el mismo dispositivo. Los relojes de pulsera no sólo sirven para ver la hora, sino que muchas personas los ven como una joya u ornamento, por lo que los suelen utilizar en ocasiones especiales o combinándolos con la indumentaria.

De péndulo: gracias a la presencia de un determinado peso que realiza movimientos oscilatorios, estos relojes pueden mesurar el transcurso del tiempo. A partir de los movimientos que realizan, logran indicar la hora por medio de agujas. En algunas versiones, los relojes de péndulo incluyen campanas que suenan cada ciertos lapsos de tiempo, generalmente cada una hora o incluso cada 15 minutos. Estos dispositivos suelen ser de gran tamaño y, por su apariencia, son utilizados como muebles de adorno.

De bolsillo: relojes de este tipo muestran la hora por medio de agujas y, gracias a su reducido tamaño, se los puede guardar en un bolsillo, de allí su nombre. Estos dispositivos solían funcionar a cuerda, cuando fueron inventados en Suiza a mediados del siglo XIX, pero ahora son a pilas. Generalmente, estos relojes son de colección o utilizados por ciertas personalidades, como símbolo de status social, ya que han sido reemplazados por los relojes de pulsera.

Cucú: típicos en los países de Suiza y Alemania, estos dispositivos se caracterizan por el hecho de que cada 30 minutos un pequeño pajarito es expulsado desde una abertura, haciendo un sonido similar a “Cú-cú”. Es por esto que han recibido ese nombre. En la mayoría de los casos, estos artefactos tienen forma de chalet, por lo que son muy fáciles de identificar. Debido a su peculiaridad y popularidad, en los países donde fueron diseñados existen numerosas fábricas de estos relojes, ya que se los venden sobre todo a turistas que quieren llevarse algo típico del lugar visitado.

A vapor: como su nombre indica, estos dispositivos cuentan con un motor de vapor que es el que les permite su funcionamiento. Creados en el año 1977, pero con diseño antiguo, estos instrumentos se encuentran muy poco difundidos en el mundo y se los puede encontrar en las calles de ciertas ciudades de Canadá y de Inglaterra. Allí, suelen ser un gran atractivo turístico puesto que llama la atención el vapor que emanan para poder funcionar.

De cuarzo: a partir de una pila, estos relojes funcionan mediante un pedazo de cuarzo, que es el que realiza los impulsos para poder llevar adelante la medición del tiempo. El cuarzo vibra de modo tal que permite poner en movimiento el mecanismo de agujas.

De agua: también conocido bajo el nombre de “Clepsidra”, este dispositivo permite la medición de un determinado período de tiempo a partir del flujo de líquido desde un recipiente hacia otro. Para poder funcionar, uno de los recipientes contiene un pequeño agujero por el que el agua puede fluir hacia el otro. Su origen es adjudicado a las poblaciones egipcias de la antigüedad y se estima que los utilizaban de noche, en reemplazo de los relojes de cuadrantes solares, debido a sus limitaciones.

De torre: esta clase de relojes son los que se ubican en altas torres para que los vecinos de una ciudad puedan observar la hora desde distintos puntos. Esto hace que se los ubique a importantes alturas y que sean de gran tamaño, para poder divisarlos desde lejos. Estos artefactos se caracterizan por contar con sistemas bastante complicados y son previos a los relojes pulsera o de bolsillo, de allí que era tan importante su presencia, puesto que no se contaba con otros dispositivos para poder ver la hora. También, un rasgo característico de los relojes de torre es que cada cierto lapso de tiempo hace sonar las campanas, lo que sirven de guía para los ciudadanos. Por lo general, suenan cada una hora haciendo un sonido prolongado, mientras que cada 15 minutos realizan uno de menor duración.

De pared: como su nombre indica, estos relojes son los que se cuelgan en la pared de una habitación para mostrar desde allí la hora, por medio de agujas. Sumado a esto, muchos relojes de pared cuentan con importantes diseños que hacen que sean algo más que un dispositivo que muestra la hora, y pasan a convertirse en muebles u objetos de decoración del lugar en el que se encuentren.

Cronógrafos: gracias a su mecanismo, estos relojes no se limitan a mostrar la hora, los minutos y los segundos, sino que presentan, junto con estos datos, el año, el mes o el día en el que se encuentre. También cuentan con numerosas funciones, algunas de ellas pueden ser medir velocidades o incluso distancias. Esto hacen que sean relojes muy buscados por los deportistas, puesto que les permite llevar un registro de sus actividades físicas.

Metrónomos: estos artefactos presentan una función sumamente específica que los diferencia del resto de los relojes: medir el tiempo de duración de una determinada composición musical. Este reloj les permite a los músicos medir el pulso de forma exacta, e indicarlo por medio de una señal sonora o visual. Los metrónomos pueden ser analógicos o digitales. Actualmente, existen software que cumplen la misma función que los metrónomos tangibles y se los puede hallar fácilmente en Internet y de forma gratuita.

Cronómetro: esta clase de reloj es el que se utiliza pura y exclusivamente para medir un determinado lapso de tiempo, lo que significa que no se los utiliza para saber qué hora es. Si bien esta función puede ser desempeñada por varios relojes, como por ejemplo los de pulsera o bolsillo, estos últimos resultan ser muy poco precisos para ello. Los cronómetros, en cambio, logran mensurar fracciones de tiempo extremadamente pequeñas, que en algunos casos resultan esenciales para sus usuarios. Los cronómetros comienzan a medir el tiempo cuando se los activa y a partir de ése momento empieza a correr el tiempo, desde cero. Luego, cuando se requiera, se lo detiene y figura en la pantalla la cantidad de tiempo que haya pasado. Los relojes como éstos pueden contar con botones que los activan o desactivan manualmente o bien, poseer algún censor que identifique cuándo deben comenzar o dejar de medir.

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