Tipos de discursos


¿Qué son los discursos?

A aquellos actos verbales por medio de los que se intenta transmitir un mensaje a un público amplio se lo conoce bajo el nombre de discurso. En todo discurso siempre existe un orador, que dependiendo el mensaje que quiera transmitir y el público al que se dirija, formulará un determinado mensaje.

(En los discursos siempre hay un orador y un público)

(En los discursos siempre hay un orador y un público)

Si se toma en cuenta la construcción del discurso, se pueden identificar las siguientes variantes:

Narrativos: se trata de aquellos discursos en los que se narran acontecimientos que se desarrollan en un determinado lugar y tiempo y que pueden ser ficticios o reales. En estos, siempre intervienen uno o varios personajes que son los que llevan adelante las acciones que suceden. Además, en los discursos narrativos siempre hay una complicación, que debe ser resuelta por los personajes.

La resolución, que puede ser positiva o no, siempre desencadena lo que se denomina un suceso. Dentro de los discursos narrativos se pueden identificar dos grandes grupos: los literarios y los no literarios. Mientras que en los primeros se incluyen los cuentos, las novelas, los mitos o las fábulas, es decir, aquellos que tienen finalidades estéticas, en los no literarios se ubican las crónicas, las biografías, los textos de historia, entre otros ejemplos.

Instructivos: estos son los discursos que presentan de forma organizada una serie de pasos o instrucciones que debe seguir quien lo lee para poder llevar adelante una serie de acciones para así poder lograr lo planteado. Por ejemplo, una receta para hacer una torta de chocolate es un texto instructivo, en donde se le indica al lector qué ingredientes y qué pasos precisa seguir para poder prepararla. Sumado a ello, se deben detallar las cantidades de cada uno de los ingredientes, para que el resultado final sea el esperado.

También, es muy común encontrar muebles que se ofrecen desarmados, y es quien lo compra el que debe armarlo. Para ello, vienen con un instructivo en el que señalan no sólo a través de palabras, sino con dibujos, cómo se debe hacer para armarlo. Los discursos de este tipo suelen ser imperativos y sencillos de comprender. Además, se los suele redactar en forma de lista, indicando en qué orden deben seguirse los pasos.

Expositivos: se trata de aquellos discursos a los que el receptor acude cuando quiere adquirir o aumentar su conocimiento sobre un determinado tema, ya que en ellos lo que se hace es justamente expresar una explicación. En estos discursos, también conocidos bajos el nombre de explicativos, puede ocurrir que el emisor intente convencer al auditorio para que tome una postura similar a la propia ante el tema expuesto. La persona que lleva adelante estos discursos debe estar interiorizada en el tema y debe ser capaz de poder hacerle entender al auditorio aquello que conoce.

Argumentativos: se conoce bajo este nombre a aquellos discursos que intentan convencer al receptor para que adecue una determinada postura frente a un tema específico, que tiene que ver con el pensamiento y las interpretaciones, no con cuestiones concretas. Para persuadir al auditorio, el orador apela no sólo a lo racional, a través de argumentos que fundamenten su postura, sino también que se apunta a lo sentimental y a lo emotivo.

Descriptivos: se trata de aquellos discursos en donde el autor enumera las distintas cualidades que posee un determinado lugar, persona, objeto o situación. Los discursos descriptivos pueden ser subjetivos, es decir, que en ellos se plasman las sensaciones o percepciones que tuvo la persona ante aquello que describe. En los objetivos, en cambio, la descripción que se hace es técnica, neutral. En ellas no interviene la subjetividad del emisor.

Generalmente, se aconseja que a la hora de hacer una descripción se comience por lo general, para luego entrar en lo particular, en los detalles. Y hacerlo de forma ordenada, para que el receptor pueda captar lo mejor posible a aquello que se quiere describir.

Algunos de los discursos más comunes en nuestra sociedad, teniendo en cuenta su contenido, pueden ser los siguientes:

Publicitario: como su nombre deja entrever, se trata de aquellos discursos que se formulan dentro del ámbito publicitario con el objeto de vender determinados productos y servicios. Estos mensajes se publican en los medios de comunicación ya que buscan llegar a un público amplio, aunque específico. Algunos rasgos propios de estos actos verbales es que son acotados, concisos, breves.

Lo ideal en estos mensajes es transmitir las ventajas del producto, qué diferencia tiene con su competencia, por qué es algo que el receptor necesita, entre otros datos. También, se busca que el discurso sea impactante, atractivo y que perdure en la memoria del receptor. Si es aburrido o poco atractivo, quedará en el olvido. Algo que suele ocurrir en estos discursos es que aquella información que podría reducir las ventas, es dejada de lado.

De conmemoración: discursos como estos son los que se formulan en aquellos eventos en los que se quiere homenajear a alguna persona que por algún motivo es importante para el auditorio, ya sea un prócer, músico, escritor, entre otros personajes. En estos discursos lo que se hace es remarcar cuáles han sido los logros que esa persona ha conseguido y se hace un repaso de sus cualidades más positivas. Para llevar adelante este tipo de discursos es imprescindible hacer una investigación sobre el personaje en cuestión y presentar la información de forma atractiva, no simplemente enumerando datos biográficos.

Políticos: los actos verbales de este tipo son los que realiza algún político o quien aspire a ocupar un cargo dentro de este ámbito. Es por esto que su discurso es una herramienta clave para persuadir y atraer al público, ya sea para que siga sosteniendo su apoyo o, en caso de que haya elecciones, lo voten. En estos discursos suele establecerse una diferenciación entre “nosotros” y “ellos”, siendo estos últimos los pertenecientes a otros partidos o que poseen otra ideología, de los que se resaltan sus rasgos negativos.

Literarios: se trata de aquellos discursos que se pronuncian con fines estéticos. Aquello sobre lo que se hace referencia a lo largo del acto de habla no pertenece al mundo real, sino que es un relato ficcional. Es por eso que son discursos que poseen recursos estilísticos, para volverlos más atractivos.

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